VIERNES 5 DE JULIO DE 2013

Mis almas escogidas para realizar esta gran tarea de salvación tienen un lugar muy especial en mi Sagrado Corazón. Ellas llenan de felicidad mi Corazón y me alegran profundamente. El trabajo que ellas realizan tiene una bendición muy especial. 

A ellas las acompañan además de sus ángeles legiones de ángeles que las protegen de las acciones del maligno y sus demonios. Por eso el trabajo que realizan tiene gran eficacia y poder. La corte celestial las apoya con sus intercesiones y con su poder. 


Hay gran fiesta en el cielo cuando una alma que se encuentra en el camino de la condenación se convierte. El que una alma se salve es motivo de gran alegría y celebración no sólo porque esa alma me amará eternamente sino además esa alma se salva de todo lo que significa la condenación eterna. 


Estas almas comprenden claramente al morir las penas y sufrimientos eternos de los que se han salvado y muestran eterno agradecimiento y amor por ello. No cesan de alabarme y agradecerle a mis almas escogidas, a los ángeles, y a la corte celestial todo lo que hicieron por ellas. 


Estas almas se incorporan a la tarea de la salvación de sus hermanos e interceden por ellos. Sólo en el cielo entienden a plenitud el porqué fueron salvadas por mi Divina Misericordia. Sólo en el cielo entienden que mi amor por ellas es infinito y nada, absolutamente nada del mal que obraban en el mundo impedía que las siguiera amando. 


En el mundo no pudieron comprender que acepte morir en la cruz por ellas, porque las amaba aún antes de existir y sin condición alguna. Sólo la visión celestial beatífica les ha permitido comprender a plenitud cuanto las amo. 


Bendito y alabado sea mi Padre Celestial que así lo dispuso, que ha querido que todas las almas se salven y gocen de la felicidad eterna. Benditas sean mis almas escogidas que así lo han comprendido y han puesto sus vidas al servicio de la salvación de sus hermanos por medio del apostolado de mi Divina Misericordia. 


Benditos los ángeles y las almas en la corte celestial que noche y día interceden por ellas y las asisten en sus necesidades.